Complementarios en todo, Patrick Gilles y Dorothée Boissier dominan, sobre todo, el arte del desacuerdo.

Mantienen una oposición constructiva que equilibra cada proyecto. Mientras que a él le gustan las líneas rigurosas y los tipos de madera más bellos, en la estela de Christian Liaigre con quien estudió, ella armoniza todo suavemente con acentos fluidos y un toque emocional heredado de la escuela Starck.

Así, alimentados por esta contradicción esencial, firman como dúo proyectos creativos cuya elegancia y madurez son aclamadas por todos.

Su objetivo: representar el arte de vivir “à la française” a través de una asociación creativa, compleja pero estimulante.